Quien me conoce sabe que una frase que uso a menudo es «cuidado con tus palabras, tienen poder». Y es así, tanto las palabras que decimos, como las que pensamos o escribimos tienen poder. ¿No lo crees? Recuerda la última vez que hayas empezado a tener dolor de cabeza. Seguro que te repetías «uff me duele la cabeza», hasta que te dolió. Fíjate que empezó por una molestia y acabaste por necesitar un analgésico.
La mente, cuando le hablas, no sabe si le dices una verdad o una mentira. Así que dile lo que quieres, así de simple. Pero sobretodo no le digas cosas negativas como:
– no puedo
– no tengo (dinero, tiempo, ganas…), estas frases son las más utilizadas y nos llevan justamente a no tener de aquello que decimos que no tenemos
– cuesta mucho (esfuerzo, trabajo, dinero…)
– es demasiado (caro, arriesgado, tiempo…)
– soy mayor para
Seguro que te reconoces diciendo o pensando alguna de esas frases y seguro, también, que tu vida no hace más que «darte» todo aquello que no te gusta.
Si quieres cambiar tu vida, empieza por tus palabras.
